lunes, 29 de abril de 2013

Visualizacion Ceativa de Sakti Gawain: Sensación de prosperidad


Una parte muy importante del proceso de visualización creativa es el desarrollo de una sensación de prosperidad. Ello implica comprender o aceptar conscientemente la idea de que el universo es absolutamente pródigo, que la vida trata constantemente de ofrecernos lo que nuestros corazones y nuestras almas desean
profundamente, tanto en el plano material como en el emocional, el mental o el espiritual. Todo lo que usted necesite o quiera está ahí para cuando lo pida. Sólo tiene que creer que es así, desearlo verdaderamente y estar dispuesto a aceptarlo para poder conseguirlo.
Una de las causas más comunes del fracaso en lograr lo que se quiere es la «programación de la escasez».
Consiste en una actitud o una serie de concepciones de la vida que viene a resumirse, poco más o menos, en las frases siguientes:

No hay para todos. La vida es sufrimiento.
Es inmoral o egoísta tener de sobra cuando otros no tienen bastante.
La vida es dura, difícil; es un valle de lágrimas.
Hay que trabajar duro y sacrificarse para obtener cualquier cosa.
Es más noble y espiritual ser pobre.
Y cosas por el estilo.

Son éstas unas convicciones totalmente erróneas. Están basadas en una falta de comprensión de cómo funciona el universo o en una mala interpretación de algunos principios espirituales importantes. Este tipo de creencias no le hacen ningún bien ni a usted ni a nadie. No hacen más que impedirnos a todos nosotros que reparemos en nuestro natural estado de prosperidad y abundancia a todos los niveles.
En la actualidad, existe en el mundo una situación de hambre y de pobreza que afecta a mucha gente, pero no tenemos por qué seguir creando y perpetuando esa realidad Lo cierto es que hay más que suficiente en este mundo para todos si estamos dispuestos a abrir nuestras mentes a esa posibilidad y a modificar nuestras formas de utilizar y repartir los recursos de nuestro planeta. El universo es un lugar de gran abundancia y todos somos prósperos por naturaleza, tanto a nivel material como espiritual, siempre y cuando nos mantengamos en equilibrio y armonía con los demás seres y con la tierra que nos da sustento.
En nuestros tiempos, la humanidad ha perdido el contacto con su estado natural de prosperidad. Entre todos estamos creando un mundo dominado por el desequilibrio, en el que unos pocos poseen mucho más de lo que necesitan y están agotando nuestros recursos naturales a una velocidad alarmante, mientras que la mayoría padece una grave escasez. Todos somos responsables de haber creado esta realidad, pero de igual modo, entre todos podemos cambiarla si modificamos nuestro modo de pensar y nuestra forma de vida. Debemos recobrar nuestra capacidad de disfrutar y apreciar los pequeños placeres de la vida. Muchos de los que vivimos en el mundo industrializado necesitamos cultivar un estilo de vida más simple y natural. Debemos darnos cuenta de que, una vez que nuestras necesidades básicas están cubiertas, la sensación de abundancia es algo que tiene que ver mucho más con el hecho de poder expresar nuestros dones creativos de una manera plena y con aprender a dar y a recibir de un modo equilibrado que con el consumismo desaforado.
Lo más cierto acerca de este mundo es que se trata de un lugar lleno de bienes, hermoso y gratificante. El único «mal» procede de la falta de comprensión de esta verdad. El mal —la ignorancia— es como una sombra: no tiene una sustancia real propia. Es, simplemente, la falta de luz. Y no se puede hacer desaparecer una sombra arremetiendo contra ella ni oponiéndole ningún tipo de resistencia física o emocional. Para que una sombra desaparezca hay que proyectar luz sobre ella.
Échele una ojeada a su catálogo de creencias y pregúntese si no será la falta de fe en el bien universal lo que lastra su desarrollo. ¿De verdad es usted capaz de imaginarse de un modo realista como una persona con éxito, satisfecha, próspera y realizada? ¿Es usted realmente capaz de abrir los ojos a la bondad, a la belleza y a la abundancia que le rodea? ¿Puede imaginarse este mundo transformado en un entorno feliz, próspero e iluminado en el que todos puedan desarrollarse con prosperidad?
Si no es usted capaz de crear la imagen de un mundo bueno y potencialmente gratificante para todos, tendrá dificultades para crear lo que desea en su vida.
Esto es debido a que la naturaleza humana se mueve básicamente por el amor, y por tanto, la mayoría de nosotros no aceptaría tener lo que quiere en tanto considere que con ello puede privar a otros de tener lo mismo.
Tenemos que comprender, de un modo profundo, que tener lo que queremos en la vida contribuye a la felicidad general de la humanidad y a que los demás sean capaces de crear más felicidad en sus vidas.
Para crear prosperidad, debemos visualizarnos a nosotros mismos llevando el tipo de vida que deseamos llevar, haciendo lo que nos gusta y sintiéndonos satisfechos con las metas que alcanzamos, y todo ello dentro de un contexto en el que los demás hagan lo mismo.
Como un simple pasatiempo, ensaye este ejercicio que estimula la imaginación y aumenta la capacidad de visualizar la verdadera prosperidad

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