viernes, 4 de enero de 2013
"Visualizacion Creativa" de Shakti Gawain: "¿Cómo funciona la Visualización Creativa?"
¿Cómo funciona la Visualización Creativa?
Para comprender cómo funciona la visualización creativa conviene considerar varios principios relacionados entre sí:
El universo físico es energía
El mundo científico está empezando a descubrir lo que los maestros metafísicos y espirituales sabían desde hace siglos. En realidad, nuestro universo físico no está compuesto en absoluto de ninguna «materia». Su componente básico es un tipo de fuerza o esencia que podemos llamar energía.
Las cosas parecen ser sólidas y estar separadas unas de otras en el nivel en que nuestros sentidos físicos suelen percibirlas. Sin embargo, a niveles más sutiles, como por ejemplo, el atómico y el subatómico, la materia aparentemente sólida se ve como partículas más y más pequeñas dentro de otras partículas que, a la postre, acaban por no ser otra cosa que pura energía.
Físicamente, todos somos energía y todo lo que hay en nosotros y lo que nos rodea está hecho de energía. Todos formamos parte de un gran campo energético. Percibimos todas las cosas como separadas unas de otras, como algo sólido, cuando, en realidad, no son más que diversas formas de nuestra energía esencial que es común a todo. Todos somos uno, incluso en el más literal y físico de los sentidos.
La energía vibra a diferentes velocidades, y por lo tanto, presenta distintas características, que la hacen más ligera o más densa. El pensamiento es una forma de energía relativamente sutil y ligera, y por consiguiente, muy sensible a los cambios. La materia es una energía relativamente densa y compacta, o lo que es lo mismo, más lenta para moverse y cambiar. Dentro de la materia también existen grandes diferencias. La carne de los seres vivos es relativamente ligera, cambia rápidamente y se altera con facilidad por muchas razones. En cambio, una piedra es una forma de energía mucho más densa, más lenta para cambiar y más difícil de alterar. Y, sin embargo, incluso las rocas se ven afectadas y cambian por la acción de la sutil y ligera energía del agua, por ejemplo. Todas las formas de energía están interrelacionadas y se alteran unas a otras.
La energía es magnética
Una de las leyes de la energía postula que una energía de determinadas características y vibración tiende a atraer energías de características y vibración semejantes.
El pensamiento y los sentimientos tienen su propia energía magnética de naturaleza similar. Podemos observar este principio en la práctica cuando, por ejemplo, nos encontramos «por casualidad» con alguien en quien acabamos de pensar, o cuando tomamos «al azar» un libro que contiene la información que justamente necesitábamos en ese momento.
La forma sigue a la idea
El pensamiento es una forma de energía rápida, ligera y móvil. Se manifiesta instantáneamente, a diferencia de otras formas de energías más densas, como la materia.
Cuando creamos algo, empezamos; hacerlo en forma de pensamiento. Un pensamiento o idea siempre precede a su manifestación real. «Pienso que voy a hacer la cena» es la idea que precede a la preparación de una comida. «Quiero un vestido nuevo» es la idea anterior a ir a comprarse uno. «Necesito un empleo» es el pensamiento previo a buscarlo.
El artista primero tiene una idea o inspiración y luego crea, por ejemplo, un cuadro. El arquitecto realiza en primer lugar un diseño y luego construye la casa.
La idea es como una película fotográfica: crea una imagen de la forma que luego se magnetiza y conduce la energía física para que confluya en esa forma y pueda llegar a manifestarse en el plano físico.
Este principio sigue siendo válido aunque no emprendamos una acción física directa para que nuestras ideas se materialicen. El mero hecho de tener una idea o pensamiento alojados en nuestra mente es una energía que tenderá a atraer y crear la forma en el plano material. Si pensamos constantemente en la enfermedad, podemos acabar enfermando. Si pensamos en nosotros mismos como algo hermoso, acabaremos siéndolo. Las ideas y sentimientos inconscientes que albergamos en nuestro interior actúan del mismo modo.
La ley de la radiación y de la atracción
Es el principio que afirma que todo lo que proyectamos hacia el universo vuelve de algún modo a reflejarse en nosotros. «Se recoge lo que se siembra».
Desde el punto de vista práctico, esto significa que siempre atraemos a nuestras vidas aquello en lo que creemos con más fuerza, lo que ansiamos más profundamente, lo que imaginamos de un modo más real.
Cuando tenemos una actitud negativa o temerosa, insegura o ansiosa, tendemos a atraer las mismas experiencias, situaciones o personas que estamos tratando de evitar. Si adoptamos una actitud básicamente positiva, con nuestra mente y nuestras expectativas orientadas hacia el placer, la satisfacción y la felicidad,
atraeremos y crearemos situaciones, acontecimientos e incluso personas conforme a nuestras expectativas más positivas. Por lo tanto, cuanta más energía dediquemos a imaginar lo que deseamos, antes empezará a manifestarse en nuestras vidas.
La utilización de la visualización creativa
El proceso de cambio no se produce a niveles superficiales por medio del simple «pensamiento positivo». Implica explorar, descubrir y modificar nuestras más profundas actitudes básicas con respecto a la vida. Esta es la razón por la que aprender a utilizar la visualización creativa puede convertirse en un proceso de profundo y significativo desarrollo. Cuando nos encontremos inmersos en este proceso, descubriremos a menudo algunas vías en las que nosotros mismos nos hemos frenado, vedándonos la satisfacción y la realización en la vida debido a nuestros temores y conceptos negativos. Pero cuando las vemos claramente, estas actitudes pueden quedar «disueltas» a través del proceso de la visualización creativa, dejándonos espacio para encontrar y vivir nuestro natural estado de felicidad, plenitud y amor.
Al principio, podemos practicar la visualización creativa en momentos concretos y para objetivos específicos. Pero a medida que adquiramos el hábito de utilizarla, descubriremos que llega a ser parte integrante de nuestro proceso de pensamiento. Se convierte en una conciencia clara de las cosas, en un estado de conciencia en el que nos sabemos constantes creadores de nuestras vidas.
Éste es el fin último de la visualización creativa. Hacer de cada instante de nuestras vidas un prodigioso momento de creación en el que de forma natural elegimos lo mejor, lo más hermoso, la vida más plena que podamos imaginar.
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